El Raval Vell quedó defendido por una muralla y varias torres, de las que se han conservado los restos de las denominadas Torre de l’Andana (en la Placeta de les Xiques), Torre de N’Aiça y Torre-portal de Riquer, que era al mismo tiempo la puerta de acceso a la población por el antiguo camino de Castilla o de Madrid.
A inicios del siglo XVIII, con ocasión de la Guerra de Sucesión, se construyó un baluarte junto a la Torre de N’Aiça. Años más tarde, las torres se adaptaron para viviendas y sobre la muralla de la calle de la Puríssima se abrió una puerta más amplia –denominada Arc de Sant Roc–, para permitir el acceso de carruajes a través de la calle de Sant Roc.
Recreación Virtual de las Murallas
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